O'Connell repasa las principales cuestiones que se plantean al hablar del lunchtime escolar: la tradicional "mala fama" de los comedores, las necesidades de las familias, el excesivo parón (dos horas y media) entre la mañana y la tarde y por lo tanto la polémica lucha por la jornada continua. Y todo desde un enriquecedor doble punto de vista: el de los sistemas educativos británico y español.
O'Connell no sólo escrime como periodista. De hecho, su investigación parece surgir de la experiencia en nuestro centro de su hijo de tres años. Tras su visita manifiesta que las buenas sensaciones que tenía se corroboran. Destaca el ambiente de calma y orden, los chicos y chicas blogeando en el taller de informática, leyendo y escribiendo en el taller de biblioteca, preparando la caseta para la "Feria de Mayo", haciendo mates desde una perspectiva diferente, cultivando el huerto escolar... Y todo esto turnándose para que todos disfruten de todo a la par que desarrollan buenos hábitos de alimentación y responsabilidad social.
Destaca también la implicación de maestros en los talleres y el impecable trabajo del todo el staff -el equipo de profesionales-.
Termino esta reseña con las palabras de Susanne O'Connell: "Estoy convertida. Quiero estar en este comedor. Quiero que mi hijo forme parte de él. No es una actividad para pasar el tiempo entre la mañana y la tarde. Es una oportunidad de aprender importantes habilidades que el currículum oficial no cubre. No se lo deben perder".